Okupada
por la angustia
y por el miedo,
deja abierta la puerta;
que igual que entró ella
y luego entré yo,
irán entrando
primero un niño,
luego un perro,
luego una canción,
luego una danza,
luego un abrazo...
hasta que la angustia
y el miedo
tengan que huir
agobiados por tanto trasto
flotando en tu corazón
y entonces ya
la música
siempre sonará.
Camilo Crespo (23-11-2002)
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